La presencia de los altos muros de las parcelas colindantes y el deseo de vivir en un solo plano horizontal, sugieren la idea de entender la casa extendida a toda la parcela, aceptando como sus límites los muros existentes y el jardín como un deambulatorio perimetral de la vivienda.

El programa demandado corresponde al de una vivienda habitual para una familia de cinco miembros resuelta en un solo nivel, así como la organización del espacio exterior para su uso como jardín y zona de estar al aire libre.

Esta se organiza según un esquema lineal, en peine, orientando todas las estancias hacia el sur y aceptando como límite un muro de piedra adosado al existente.

La casa queda contenida entre dos rectángulos horizontales: el suelo de madera y la cubierta vegetal. Entre ambos, tabiquería interior, muros exteriores a norte y grandes paños de vidrio a sur marcan los límites entre los distintos ámbitos interiores de la casa.
Suelo y techo mantienen una distancia constante de 2,40 mts., no obstante es posible traspasar esos límites: sumergiéndose bajo la lámina de agua de la piscina o ascendiendo por la escalera de caracol al mirador de la cubierta.

La piedra de Sierra Elvira en la zona de acceso y estacionamiento de coches, así como en los muros perimetrales, los muros blancos, los paños de vidrio y el suelo de madera definen los rasgos materiales más significativos de la vivienda.